¿Estas ahí?
¿Qué está pasando?
No escucho la música.
Antes sonaba una melodía que permanecía sutilmente en el aire...
Pero ya no escucho nada.
¿Será que ya no estás ahí?
Yo veo a la gente bailar, reírse, pasarlo bien pero...
¿Qué música están escuchando ellos?
Yo sólo percibo silencio...
Un silencio demoledor.
¿Qué ocurre?
No te veo.
Tu rostro, tu sonrisa, tu mirada...
todo se está desvaneciendo con la misma sutileza
con la que antes sonaban tus silbidos.
Debe ser que estoy durmiendo.
Un sueño muy largo que me está engañando...
¿Y si no despierto?
Ya no tendré tu presencia ni tu música,
me quedaré con este silencio y esta oscuridad para el resto de mi vida.
Prefiero esperar un poco.
Los sueños no son eternos.
Y seguro que algún día volverás a iluminarme
con tu espíritu.
Aïssa López
Sevilla, 5 de enero de 2008